jueves, 24 de junio de 2010

El gol de todos.


El gol que convirtió Martín Palermo ayer frente a Grecia, para sellar el 2 a 0 definitivo luego del primero de Martín Demichelis, fue aquel tanto que todos los hinchas del fútbol argentino querían que sucediera, por lo que es el 9 que jugó la última temporada en Boca y por toda esa mística que se generó alrededor suyo, gracias a ese tipo de goles, como el agónico e histórico que hizo contra Perú por las Eliminatorias, estando siempre ahí para empujarla. Porque ayer entró diez minutos, o menos, y la primera clara que tuvo la mandó a guardar y encima de derecha con borde interno, mientras que el mejor jugador del Mundial, Lionel Messi, encaró y pateó de todos lados y los arqueros junto con los palos le niegan el atragantado grito de gol.

Todos los goles de Argentina son gritados con mucha emoción, euforia y alegría, pero éste tuvo un plus. Más aún cuando muy poca gente lo veía entre los 23 elegidos para Sudáfrica antes de que Diego Maradona tome la lanza como DT de la selección, por sus 36 años y también porque, después de aquella lejana Copa América de 1999, con Bielsa como DT, y los 3 famosos penales errados contra Colombia en un mismo partido, poco y nada jugó con la albiceleste. En un momento el Coco Basile pensó en él pero debido a una lesión en la rodilla, el Loco, se quedó con las ganas de revancha.

Casi diez años más tarde, Maradona volvió a confiar en el "optimista del gol" y le dio resultados, ya que es el máximo goleador de la era del actual técnico con 6 anotaciones en 8 encuentros.

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