Estudiantes tenía todo arreglado y controlado para que su pase a las semifinales de la Santander Libertadores se concluyera por segundo año consecutivo. Ganaba 2-0 cómodo, siempre superior y sin sobresaltos en la defensa, hasta que los impacientes "hinchas" del Pincha, que estaban detrás del arco que en ese entonces defendía su mismo arquero, Agustín Orión, comenzaron a tirar bengalas cuando quedaban menos de cinco minutos de juego y ésto produjo que un intenso humo cubra toda el área y los tres palos del equipo local y justo en ese momento el Inter concretó la única llegada que tuvo, con la que cerró el 2 a 2 global y por el famoso gol de visitante pasó el conjunto brasilero. Fue clarísimo como el último campeón de América se desconcertó y desorganizó por todo el lío, ruido y ni que hablar de Orión por el humo: en una jugada aislada en la que Andrezinho recibió un pase a pocos metros de la medialuna, aguantó la marca y por atrás de todos apareció solo el reciente ingresado, Giuliano y la mandó a guardar.
Terminaron a las corridas, trompadas, cabezazos. Hubo pica entre el Chavo Desábato y Abbondanzieri, pero lo peor fue lo del arquero suplente del Internacional, que al ver que éstos dos estaban a los empujones y demás, picó desde su banco hasta el jugador de Estudiantes y de atrás le tiró una especie de golpe de puño; ahí le saltó la térmica a el resto de los jugadores del León y todo resultó un desastre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario